Lástima
Que Sean Ajenas” – Nuevo álbum el 17 de Septiembre en México y resto del mundo.
Y 8 de Octubre en EE.UU. Para Pepe Aguilar, encontrar un lugar en el mundo no
fue difícil. El balance entre arte y comercio llegó naturalmente, de una manera
orgánica. Nutriéndose, claro está, de todo lo que significa ser un cantante y
compositor con ventas globales de más de 12 millones de discos. Y además, ser
el hijo de dos íconos mexicanos: Antonio Aguilar y Flor Silvestre.“El haber
nacido durante una gira, y haber estudiado mi oficio en el camino le ha dado
una filosofía muy particular a mi trayectoria,” explica Pepe con el mismo
sentimiento de elegancia y honestidad que caracterizan a sus canciones.“Mi
padre y yo compartimos el respeto a las tradiciones, pero no sólo las
musicales,” enfatiza. “También las tradiciones de la familia, de la historia,
de ciertas formas y maneras de ser que nos resultan imprescindibles. La carrera
de mi padre ha sido una gran inspiración para mí. Antonio Aguilar se partió la
cara, se jugó el todo por el todo para dignificar la música Mexicana en países
que no eran de él.”No es casualidad que Pepe Aguilar se exprese de esta manera.
El cantante está a punto de cambiar el curso de su carrera con una nueva
producción que une – de múltiples maneras – el pasado, el presente y el futuro
de la música Mexicana. El disco es un tributo a Vicente Fernández. Un sentido
homenaje planeado por Pepe con la calidez y el cariño que infaliblemente
desembocan en un proyecto inolvidable. “Sentí mucho dolor cuando me enteré que
Don Vicente se retiraba de los escenarios,” explica Pepe. “Es como que algo
dentro de ti se muere, como una historia de la que fuiste parte. Y lo lógico
era hacerle un homenaje a este hombre. No lo pensé mucho, fue algo impetuoso.
Hubo algunos momentos de duda, cuando me dije: ‘Caray, le estoy grabando
homenaje a una de las mejores voces del género.’ Pero enseguida volvió mi
esencia, dándome cuenta de que no estaba realizando este proyecto para nadie
sini para mí. Inclusive más allá de lo que piense Don Vicente del producto
final. Esto va mucho más allá.”Pepe eligió los temas uno por uno – no
necesariamente los grandes éxitos, sino más bien los favoritos de toda una vida
– reinterpretándolos con esa voz que parece haber sido creada especialmente
para las texturas épicas de la música ranchera.“Las canciones las elegí
apelando a la memoria,” dice. “En mis tiempos de charro, lo único que oía era
la música del Chente y de Javier Solís. Escuchaba sus canciones y me imaginaba
que era yo el que estaba cantando, que era a mí a quien aplaudía la gente. En
mis primeras grabaciones de 1989 lo imito bastante, hasta las inflexiones de la
voz. Años más tarde, Don Vicente me invitó a cantar con él en el escenario, y
me sentí como un pavo real.”Pepe, que entiende plenamente las paradojas de la
vida, se ríe al recordar que entre Vicente Fernández y Antonio Aguilar existió
una cierta rivalidad artística.“A Vicente tenía que oírlo a escondidas,” admite
con una sonrisa. “Pero hubo respeto entre ambos. La rivalidad existió, pero al
final eran buenos amigos. Por eso hice este disco. Por el respeto que siento –
respeto por un colega, una voz, una música. Le di un toquecito distinto a las
canciones de Don Vicente, pero respeté la esencia de las interpretaciones originales.”Indudablemente,
esta nueva producción le agregará nuevos éxitos a una carrera llena de
satisfacciones